Al salir de la iglesia de la Alquería, luego de ser regañados en la misa, sin apelación posible, por un cura con espíritu de comerciante belicoso, doña Flor, la mamá de Fabián Blanco, tomó las cenizas de su muchacho con dolor y tristeza que compartimos desde el corazón y lo llevó con los suyos.
Los ‘suyos’, lo recordamos por ‘intenso’; esto es, vertiginoso y firme. Vivió rápido, tal vez más que todos nosotros, y murió pronto. Los tiempos son inclementes; algunos menos recios que él extrañaremos su presencia, su potencia, su talante de joven sensible, inquieto, activo, con tanta vida por delante. Fabián quería hacer teatro, quería crear, quería vivir y su duro país no le dio alternativas. El capital cultural escaso, la educación cicatera, las opciones creativas mezquinas, los recursos avaros, la urgencia, el infortunio. La vida es aquí brillante para algunos pocos, pero tacaña con la mayoría.
El teatro es una pobre opción cuando los escenarios son exclusivos y excluyentes; cuando la cultura es metalizada y violenta; la imaginación, colonizada; los sueños, aherrojados; las conciencias, tiranizadas por el miedo; los espíritus, atenazados por el terror. La muerte asecha desde sus atalayas a la juventud; los hostiga la pobreza, la desconfianza, la insolidaridad, la envidia, la cobardía, la injusticia, la economía, la policía, las iglesias, la homofobia, el narcotráfico, la guerra total que proclaman los de siempre.
Entonces, luego de la violenta homilía, comimos juntos y celebramos la vida, como habría querido el Fabi, como habría pedido la lectura de la Biblia que el cura escamoteó con descaro, y nos fuimos a rumiar nuestras opciones, a tramar nuestras búsquedas, a fraguar nuestros sueños de creación, de acción memoriosa, de teatro vivo y actuante, a escudriñar lo que habría que socavar y lo que habría que componer, para engendrar un país en paz consigo mismo y con las sombras de sus muertos.
Larga memoria para Fabián Blanco; los ‘suyos’ lo llevaremos con nosotros, mientras nos dure entre los labios la hostia que solo después de la misa nos llevamos a la boca.
CRT
VARGAS FU TYMH CEFI
Comments