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FERNANDITO. Balance inicial del Teatro Cercano de la VargasFu 2022


Tupac Amaru B., hijo de reyes andinos, inca último, yaciente en una cárcel de la monarquía española para escarnio universal, ejemplo y advertencia a los insumisos y sublevados de los tres mundos, muere abrazado a sus cartas, su testimonio, su ser.

Desde allí ocurre una memoria poética que se escribe en el espacio hierático del altar a los mártires de 1781, a los rebeldes alzados contra el rey, que señalarían el camino de la independencia absoluta de España.

La atmósfera cargada de esencias, las luces cruzadas, los objetos tratados con primor y precisión, cartas, manto, corona, tierra, semillas…

La música, protagonista de un relato figurativo que remite a interioridades, a estados de alma, a idearios, anhelos de Ande, de autonomía, de justicia, de grandeza, con fotutos, sicuris, flautas de carrizo, charango y laud.

La actuación conjuga la escuela de la acción corporea con la palabra y con el manejo de objetos alegóricos. La emoción enfatizada por la luz en los giros del relato. Las otras voces que construyen los sucesos.

La dirección reúne y amasa los materiales todos en una dramaturgia que no es solo la imagen y va más allá de lo verbal, lejos del naturalismo, próxima a lo simbólico y lo épico.

Añoranza, apelación, llamado, reivindicación de los Andes, anhelo de altura, de justicia, de poder, de reescritura de la historia. Experiencia significativa la de Fernandito Tupac Amaru Bastidas, en la mirada de Adalid Rondán, que desde Bogotá piensa la historia de los Andes, la memoria colonial; distancia temporal que permite clarificar la idea, argumentar un sentido.



BALANCE INICIAL DEL TEATRO CERCANO DE LA VARGASFU 2022

La experiencia en la pequeña Vargas Casa de Fu es otra. Las condiciones del ‘teatro cercano’ potencian la comprensión de cada gesto, de cada inflexión y cada mirada. La relación con el público, incluso sin proponérselo, se intensifica.

Siéntese la respiración, los pálpitos del actor, siéntense los giros y los pequeños quiebres de la emoción y la imagen mental. Las ideas se intuyen en consonancia casi telepática. Hay una vibración que, luego, en la conversación, el público señalará.

Clarita Ariza, invitada especial de la directora, que de antemano pidió pagar su bono de apoyo, lo mencionó. ‘Entendí mucho mejor que en las funciones anteriores.’ La había visto en otros dos teatros. ‘Parece el espacio natural para esta obra’.

Lo mismo había dicho J Camero hablando de ‘Cortejos de Bruja’, la obra que abrió la temporada. ‘Esta vez entendí.’ Pero en este caso operan dos situaciones distintas: la condición de cercanía que concentra la lectura, y los desarrollos de la obra, que ha venido cambiando.

En el caso de Cortejos, el estreno de la obra no fue la conclusión de la fase creativa, sino el comienzo de un diálogo con los espectadores en el que modulamos, afinamos la intuición. No es imposible que algo similar haya ocurrido con “Curandero”, obra que también apareció durante el confinamiento pandémico con el formato “En Vivo Virtual”, del que hablamos en otro lugar.

Pero más atrás ya se presagiaba con “Recua Chica” y “Caldario”, dos piezas del ciclo ‘Pragmata Caldasea’, en las que participó como actor el inolvidable Fabián Blanco, además de un elenco joven de la Vargastejada TYMH.

Con ellos concretábamos algunas ideas que estaban apareciendo, que no preexistían, no estaban seguras, y no requerían una afirmación fulminante. Más bien pedían una exploración de los temas y de los procederes escénicos, en busca de comprender y apropiar distintas perspectivas teatrales, para permitir múltiples aprendizajes.

Pero ya ello ocurría, si lo vemos desde esa óptica, con “La Traición”, tríptico sobre un mismo momento de T. C. de Mosquera, que se llevó a escena como una investigación creación a partir de tres ´estudios´ dramáticos sobre Mosquera, y sin que lo supiéramos, tenía ya el inóculo de lo que luego llamaríamos en el TYMH el ‘cancaneo’.

No hace mucho dijimos en el TYMH sobre el cancaneo:

“Cancanear en su origen europeo tiene que ver con Errar en el sentido de Vagar; en América se concreta en Equivocarse, Desviarse, y de allí se extiende a Tartamudear, al Trepidar de la Falla y a la Vacilación, a la Duda. Como proceder de la creación entre nos, el Cancanear afirma lo que no deriva ni deviene centro, el desvío, el equívoco, el estremecimiento, el pálpito, la vacilación. Implica persistir en la errancia, como contestación creadora.”

Esta es, también, la actitud con que la Vargastejada Casa de Fu afronta la ficstoria. La primera temporada de Teatro Cercano tiene ese carácter.

Más allá de la referencia histórica, que está en las seis obras que se presentaron, lo que pone en contacto estas creaciones teatrales es la exploración sobre realidades singulares a través de la ficción:

La bruja Paula que no es mas que una mujer en los años cuarenta; el militar homosexual, en la actualidad de la comunidad del anillo; la joven directora teatral, atormentada con la imagen de Marilyn Monroe o el éxito; la memoria que balbucea en presente, encendida y pertinaz, su amor y su rabia; el curandero de Guayabal, en la segunda mitad del XIX, anciano solitario, en lucha con la muerte; y el último príncipe inca, muriendo en una prisión imperial en plena ilustración.

El teatro ilumina la realidad, la historia la argumenta, la cercanía la destaca. Todas son dramaturgias propias, referencias propias, historias sesgadas por la escena, recortes intencionados de la realidad que pasan a significar en el presente.

Todas tienen soporte en historias conocidas, referidas por cronistas o historiadores, ubicadas en contextos singulares, vividas por seres humanos memorados de maneras particulares y referenciados por caminos pertinentes a las necesidades expresivas de autores, actores, directores, técnicos, en relación estrecha con sus públicos.

Puestas en escena de cerca y de frente a espectadores privilegiados, selectos, VIP diría alguien en un conversatorio, que vivieron una experiencia intensa, íntima, sensorial, profunda, desde la carne de actores y actrices, aupados en directores y dramaturgos, técnicos y asistentes, productores y gestores, imaginando todos, gozando y sufriendo historias, argumentos, percepciones, sensaciones, emociones, razones y sinrazones del teatro cercano.

Ficstoriando autónomamente para disfrute e incremento de la cultura, bien invaluable.


CRT 27 dic 2022


1- Foto de Esperanza Rodríguez desde el balcón de la VargasFu. Vista de "gallinero"; así se llamaba en el viejo Colón el último balcón, donde la boleta era barata por la lejanía, y se olvidaba por las ganas. Si dios está en el cielo, sería también vista divina. Por eso dirán que la voz del pueblo es la voz de dios…

2- Registro del encuentro en la última función de “Fernandito” en la temporada de Teatro Cercano 17 de diciembre de 2022



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